El elefante bebé de tres meses fue visto por primera vez por un gerente de campamento en el Área de Conservación Transfronteriza Greater Mapungubwe (TFCA) en Zimbabue durante la primera semana de julio.

Su pata trasera derecha estaba severamente hinchada, dejándolo en una necesidad desesperada de atención médica. El gerente del campamento tomó fotos del elefante y las envió a AWARE Trust Zimbabwe.

Al recibir fotos del elefante, los veterinarios de AWARE comenzaron de inmediato a rastrear al elefante, obteniendo permiso para buscar en los parques de parte de funcionarios de vida silvestre y contactando a lugareños en el área para ver si sabían algo sobre el joven elefante y su preocupante condición. A partir de las fotos proporcionadas, el equipo adivinó con precisión que el pie del elefante estaba atrapado en una trampa de alambre.

“Estos elefantes deambulan por el TFCA Greater Mapungubwe, hacia Tuli y Botswana, parte de los cuales son tierras comunales”, dijo la Dra. Lisa Marabini, directora de AWARE, a The Dodo. “Sospecho que el elefante recogió una trampa preparada por un aldeano para el comercio de carne de caza”.

Para cuando los veterinarios lograron llegar al abrevadero donde se suponía que Keith, su madre y su manada habían estado reuniéndose durante dos días seguidos, ya era demasiado tarde: el elefante herido y su manada habían desaparecido.

“Las inmovilizaciones solo pueden realizarse de manera segura durante el día, ya que el medicamento tarda de 10 a 15 minutos en hacer efecto, tiempo durante el cual un animal podría escapar y perderse en la oscuridad”, escribió AWARE en Facebook. “Además, no habría sido seguro inmovilizar al bebé elefante y a su madre con hasta 100 otros elefantes merodeando”.

La búsqueda fue cancelada al anochecer, pero se reanudó al día siguiente. Se utilizó un dron para seguir a una manada cercana, y el equipo intentó acercarse a pie, pero en ambas ocasiones asustaron a los animales, dejando a los veterinarios incapaces de acercarse lo suficiente para ver si el elefante bebé con la pata hinchada estaba entre ellos.

La segunda noche llegó y la búsqueda tuvo que ser pausada nuevamente.

“Nos dimos cuenta de que la única manera segura y efectiva en que tendríamos la oportunidad de localizar y anestesiar al bebé sería con un helicóptero”, escribió AWARE. “Pensamos que con su lesión, el elefante bebé sería lento y la manada no se habría aventurado demasiado lejos del punto de agua. Claramente subestimamos su movilidad, porque después de buscar en la zona durante cuatro horas y media distribuidas en dos días en helicóptero, no pudimos encontrarlo”.

Lamentablemente, AWARE ya no tenía los fondos disponibles para continuar la búsqueda y tuvo que cancelarla, confiando en cambio en la información verbal sobre avistamientos adicionales del elefante bebé. No fue hasta semanas después que AWARE tendría la oportunidad de rescatar a Keith para siempre.

“En los últimos 10 días, comenzaron a llegar informes de avistamientos nuevamente en el mismo punto de agua, junto con algunas imágenes que mostraban la condición deteriorada del bebé”, escribió AWARE en una publicación de Facebook el 24 de julio relatando el rescate.

El equipo de AWARE tenía programada una operación de gestión de rinocerontes y decidió utilizar sus recursos de la operación para hacer un último intento de localizar a Keith.

Finalmente, el sábado, encontraron a Keith.

“Su pata hinchada era inconfundible desde el helicóptero mientras avanzaba a toda velocidad en tres patas con su madre siguiéndolo”, escribió AWARE. La madre de Keith, muy protectora, que nunca lo abandonó, fue tranquilizada junto con su cría por seguridad del equipo. Finalmente, los veterinarios pudieron examinar de cerca la extensión de su lesión.

“Aunque estaba más delgado de lo que debería estar, por luchar contra la devastadora lesión, el elefante bebé era fuerte y estaba muy estable bajo la anestesia”, escribió AWARE.

Resultó que la trampa estaba tan profundamente incrustada en su pata que había alcanzado el hueso mismo. Una radiografía realizada en el lugar mostró también daño en sus pies.

A pesar de la lesión, Keith aún tenía un buen flujo sanguíneo corriendo por la pata. Los rescatistas dicen que Keith tiene una buena oportunidad de recuperación debido a su juventud. El equipo veterinario limpió las heridas de Keith y le administró medicamentos para el alivio del dolor, además de antibióticos de larga duración.

Los rescatadores de Keith creen que se quedará con una pata deformada, pero Keith ya ha demostrado que no tiene problemas para mantenerse al día con su manada en tres patas. Más importante aún, Keith ya no tendrá que soportar el dolor que lo aquejó durante semanas, gracias a los veterinarios que se negaron a rendirse en salvarlo.

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